Señores y señoras que leen o han leído este blog, en veinte días hará dos años que empecé a escribir aquí. Durante dos años he estado escribiendo, escribiendo sobre mis sentimientos, mis pensamientos y mis sueños.
El tiempo pasa más rápido de lo que quiero reconocer, es demasiado veloz para mi gusto y quiera o no quiera es así.
Cuando empecé a escribir este blog, todo eran sueños en el aire, sueños que quería cumplir y experiencias nuevas para mí. Pero poco después, llegó algo que nunca imaginé que llegaría y todo esto fueron sentimientos. Una forma de descargar todos esos sentimientos que llevaba dentro.
Creo firmemente que este blog es una etapa de mi vida y no estoy muy segura de si proseguiré en este o en el otro (El triángulo de Penrose). Muchos os preguntaréis (o no) el porqué del nuevo blog. Pues veréis, no tengo ni la más mínima idea. Quiero creer que es el inicio de una nueva etapa de mi vida, aunque no estoy muy segura de ello.
El triángulo de Penrose puede ser solo un triángulo, una paranoia, pero para mí significa mucho más de lo que puedo expresar con palabras. El triángulo de Penrose es un sentimiento, una forma de vivir y de entender las cosas, por muy abstracto que suene todo.
Durante casi dos años he estado escribiendo mis sentimientos y quiero creer que ha valido la pena. He tenido altibajos, como toda adolescente, pero muchos de ellos motivados por personas que en verdad me importan, personas a las que realmente quiero.
Esto no es una despedida, es un hasta luego. Voy a volver en un momento u otro a escribir aquí, pero solo era para decir que no lo he abandonado, sigo pensando en este blog (aunque casi nadie lo lea xD) y sigo escribiendo por mi cuenta, solo que en esta vez me lo guardo todo. En mi cuaderno negro.
Mi filosofía, mi vida.
Pensamientos que salen de una mente sin rumbo alguno. Una mente llena de ideales y filosofías que ni yo misma sabía si existían. La vida, un placer y una perdición. La muerte, una pesadilla y una ilusión.
lunes, 6 de enero de 2014
jueves, 12 de diciembre de 2013
domingo, 27 de octubre de 2013
La vida y sus preguntas.
La vida. La vida y sus múltiples puntos de vista. La vida, un mar de puntos, ecuaciones y números. Un mundo lleno de matices, de colores y de sabores. Un sueño eterno del que se tiene que despertar, o no.
La vida, su luz y su oscuridad. El cielo y el propio infierno. La ilusión y la decepción.
Más de una vez me he preguntado el sentido de la vida, el sentido de las cosas, el sentido de por qué actuamos de una manera u otra.
¿Cuántas veces habéis soñado que las cosas eran distintas y qué el mundo no era tan cruel? ¿Cuántas veces habéis visto las barbaridades que hacen los humanos día tras día y no habéis dicho nada? ¿Cuántas veces habéis deseado gritar hasta quedaros sin voz? ¿Cuántas veces habéis querido visualizar esa luz entre la oscuridad? ¿Cuántas veces habéis deseado empezar a correr hasta quedar exhaustos? ¿Cuántas veces habéis volver a empezar? ¿Cuántas veces habéis deseado vivir en un sueño constante dónde todo vaya bien? ¿Cuántas veces os habéis imaginado un mundo perfecto en el que el mal no existe?
Todas son preguntas cuya respuesta depende de la persona que conteste.
Nada es perfecto, no hay dos personas iguales. La perfección es inexistente, solo son sombras de lo que creemos perfecto, solo son sombras de un ser humano que no lo es.
Y yo pregunto, ¿Por qué? ¿Por qué nada es lo que parece ser? ¿Por qué la vida toma estos senderos? ¿Por qué es tan desgarradora y cruel? ¿Por qué?
martes, 3 de septiembre de 2013
El corazón inocente.
Vivo en un mundo lleno de incertidumbre, de
mentiras y de maldad. Toda la esperanza que tenía en la humanidad se ha
esfumado de un solo golpe.
Tal vez la tonta en esta situación sea yo,
por ser inocente, por ser fácil de engañar. Tal vez la culpa es mía y lo
siento. Pero no puedo cambiar. Soy así. No puedo borrar todas las cosas de
repente, como si todo fuera lápiz en un papel manchado por el olvido.
Está claro que lo que es demasiado perfecto
no es real, no existe. Siempre habrá alguna cosa que destrozará esa perfección.
Siempre habrá algo que cambiará lo bueno por malo, lo positivo en negativo.
Nadie es perfecto, supongo. Yo solo intento ser buena persona, me interesa
hacer las cosas bien, no me gusta jugar con la gente y supongo que soy yo la
que va en mal camino.
Tal vez soy yo la que va en mala dirección,
la que elige lo complicado y se come la cabeza día tras día.
Tal vez debería dejar que el tiempo hiciera
su trabajo. Tal vez debería olvidar todo lo que me hace daño y empezar de nuevo
de una maldita vez.
No hay cosa que odie más que las promesas
vacías, ese “cambiaré” que me digo a mí misma, ese “no pasa nada, todo va a
salir bien” que me dicen siempre, ese “volveré a empezar” que no paro de
repetirme. No hay cosa que odie más que las promesas sin cumplir, no hay nada
que odie más que el hecho de romper una promesa sin una estúpida explicación.
Para mis propias promesas tengo explicación, pero para las de los demás no.
Creo que durante estos dos meses he aguantado
mucho, demasiado y he llegado a un punto en el que me está empezando a dar
igual todo, a la vez que todo el mundo se me cae encima, pedazo a pedazo.
Supongo que a veces actúo como un avestruz.
Sí, como un avestruz. Me escondo y no reacciono.
Supongo que ha llegado la hora de reaccionar
y de ver el mundo como es en realidad. Un mundo oscuro en el que cada rayo de
luz que vislumbra se te es cobrado con un pozo lleno de oscuridad. Una
oscuridad asfixiante, que no te deja respirar y que ni siquiera te deja vivir.
Y me pregunto, ¿Qué sería lo mejor? ¿Qué
podría hacer? Yo solo quiero que las
cosas me vayan bien, solo quiero ser feliz, solo busco eso. Solo busco un rayo
de luz que no me sea cobrado con tanto dolor, nada más.
¿Soy egoísta por ello?
Al fin y al cabo siempre seré esta estúpida
inocente que soy ahora, al fin y al cabo el mundo no es de color rosa.
¿Pero sabéis qué? Creo que siempre voy a tener una debilidad, que en el fondo siempre voy a caer.
viernes, 23 de agosto de 2013
El tic-tac del tiempo.
Supongo que después de estar tanto tiempo viviendo en un completo caos en medio de la oscuridad, me he acostumbrado a tener los ojos abiertos y la vez cerrados. Mis ojos se han acostumbrado a no ver ni un triste rayo de luz.
Ahora es cuando empiezo a ver, ver más allá de la oscuridad, ver esas pocas luces que se ven a los lejos. Ahora es cuando todo empieza a tener sentido, abro los ojos, ciega. Pero veo que no todo en la oscuridad es malo, que no siempre todo es como parece ser, veo que las cosas han cambiado.
Las cosas cambian, digamos que el tiempo lo cambia todo, muy cierto es. Porque puedo asegurar que yo no soy la misma que era el año pasado. No solo cambian las cosas, no solo cambian las personas, también cambian los sentimientos y estoy casi segura de que todo ha cambiado.
Que el olvido es el mejor perdón, que el olvido es la mejor cura, que el olvido es el tiempo.
Y es cuando oigo el tic-tac del reloj, cuando siento la percepción del tiempo, cuando veo que el tiempo lo arrasa todo a su manera.
jueves, 1 de agosto de 2013
La vida del supongo y la vida entre creencias.
Supongo que nunca ha sido fácil girar página y continuar como si nunca hubiera pasado nada.
Supongo que siempre llega un momento en el que tienes que decidir qué hacer y qué no.
Supongo que hay caminos destinados a cruzarse un millón de veces, pero por alguna razón u otra, nunca llegan a ser uno.
Supongo que no importará lo más mínimo. Supongo que el tiempo ya me habrá borrado de tu cabeza y, algo bastante importante, de tu estúpido corazón.
Creo que es hora de cambiar de camino, mucho a mi pesar, pero supongo que es lo mejor. Intento autoconvencerme de ello, pero me pierdo en la infinidad de sentimientos ocultos que llevo dentro.
No tengo la menor idea de como continuar escribiendo esto, esto que me está matando.
El corazón llora, asustado y perdido. Roto, muy en el fondo.
lunes, 8 de julio de 2013
Corazón.
Yo ya no sé como explicar todo esto, como explicar todos estos sentimientos que me desbordan por dentro.
Estoy atrapada, perdida en un entorno demasiado conocido. Es un sentimiento de asfixia, un sentimiento de confusión y un sentimiento de tristeza lo que oprime mi pobre corazón.
Ese sentimiento de culpa, esa sensación de hacerlo todo mal, esa sensación de explotar. Es un sentimiento de cansancio, de agotamiento.
Siento que no puedo más, que todo me supera, que estoy sola sin estarlo, que por mucho que grite nadie me escucha.
He llegado hasta el punto de no poder decir lo que pienso, no poder decir lo que siento porque básicamente a nadie le importa.
Soy sincera cuando digo que no puedo más, soy sincera cuando digo que estoy harta de todo esto, soy sincero cuando digo que quiero escapar, empezar a correr y no volver jamás.
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