lunes, 3 de junio de 2013

El sentido de la lucha.


Veo el cielo desde mi balcón. Un cielo azul, precioso, decorado con unas cuantas nubes grises.
Comparo el día de hoy con mi propia vida, empiezo a pensar, a sentir la melancolía en mis venas, a ver de una forma metafórica, la luz verde de Gatsby, a ver una esperanza que está cerca pero que a la vez está tan lejos.

Veo los pájaros volar, libres. Baten las alas sin un rumbo fijo, dejándose llevar por el viento o quizás por su corazón.

Cierro los ojos y me veo sumergida en una tremenda oscuridad, tan profunda que no se puede ver ni un rayo de luz.
Pienso en como es la vida, en como es de impredecible, en como nos engaña, en como nos delata, de alguna forma.

Y me digo a misma que la vida sin una lucha, no es vida. Es existencia.
Todo el mundo lucha por algo, por una creencia, por unas ideas, por un amor, por un sueño.
Los valientes se enfrentan a la vida, luchan por lo que quieren.
En cambio, los cobardes no. Se rinden, ya sea por el miedo o por una falsa creencia.
Me pregunto a mí misma en qué bando estoy y me contesto.
Es verdad, a veces he actuado como una cobarde, pero en el fondo soy una luchadora. Soy valiente, en el fondo. Porque quiera o no quiera me enfrento a la vida, me enfrento a todas las adversidades, aunque tenga miedo.

A veces me pregunto si la vida de un cobarde es mejor, una vida que se basa en esconderse y no enfrentarse a la realidad.

¿Y sabéis qué? A mí también me da miedo enfrentarme a la realidad, enfrentarme a un mundo como este. Pero en el fondo, lucho. Mis motivos tengo para seguir adelante, al menos por ahora.

¿Qué sentido tiene una vida en la que no tienes algo por lo que luchar?

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