martes, 23 de abril de 2013

Mundos paralelos a través de un espejo roto.

Hoy es uno de esos días en los que me gustaría desaparecer.
Desaparecer, de un rayo de luz, tal vez de sombra o tal vez de oscuridad. 
Desaparecer de un mundo que se cierne en las sombras, desaparecer de un mundo donde el sol está alto y las nubes bajas.
Desaparecer de un mundo el cual es invisible, un mundo lleno de vida y a la vez, un mundo lleno de dolor, de oscuridad y de tinieblas.

Las arenas del tiempo, las arenas movedizas, un mar infinito que te traga, un océano lleno de peligros que te atrae, un mundo misterioso del cual no puedes escapar.

Mirar a través de un espejo roto, mirar que es todo aquello, que es toda aquella oscuridad. Es tu propio reflejo. Eres tú. Tocar aquel espejo solo te hace más débil, solo te hace recordar el pasado a través de todas aquellas cicatrices, heridas que se han abierto.
Hoy os doy la bienvenida a mi corazón, pues eso es. Impredecible y masoquista.



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