lunes, 19 de noviembre de 2012

Pesados días sin felicidad.

Hoy es uno de esos días raros en los que no tienes fuerzas ni voluntad para hacer absolutamente nada, uno de esos días en los que quieres dormir y soñar y nada más.
Hoy es un día pesado sin una pizca de felicidad, sin una pizca de vida.

Tengo la sensación de que hoy el mundo me supera tanto que ni siquiera puedo escribir totalmente. Siento un malestar en mi interior que lo único que provoca es dolor y una depresión incurable a base de chocolate.

Esa depresión provocada por el mundo que te rodea, por la vida en sí, por el paso del tiempo.
Siento que estoy desperdiciando mi vida, que no hago de lo que quiero hacer de verdad. Siento que estoy perdiendo el tiempo al igual que la vida y la felicidad.

Y que la vida es un libro lleno de metáforas, de risas y de llantos. Y que hay muchos capítulos y cuesta más cerrar uno, que abrir otro.

Solo quiero desconectar de todo, pero en el fondo esa creencia es una necesidad urgente. Quiero ponerme los cascos y desaparecer un rato, entre la tranquilidad de la nada.

Desearía poder coger un avión con un destino no muy definido, quizás escogería una localización lluviosa y con un aire siniestro que me ayudara a pensar que estoy una peli de miedo.

Necesito sentirme vida y veo que con la vida actual que llevo hoy por hoy, no tengo esa supuesta vida. No la tengo, si la tuviera no me sentiría tan inútil y mucho menos tan desorientada en este mundo tan cobarde.

Aunque, en el fondo todos somos unos egoístas que solo pensamos en uno mismo, todo el mundo, más o menos, mejor o peor lo demuestra al paso del tiempo.
No toda la gente es buena, hay gente de buen corazón y gente que se dedica a hacer sentir mal a los demás con una única finalidad de sentirse mejor con uno mismo, aunque esto es un claro signo de debilidad y podría decirse que de envidia.

El mundo es un tesoro que cada día desperdiciamos todos nosotros destruyéndolo.

Mirad Mallorca, mirad las playas, la mayoría de ellas siempre están abarrotadas de gente y sobretodo de hoteles que viven de lujo a base de nuestro entorno destrozado.

¿Dónde se han quedado aquellas playas solitarias y tranquilas perdidas en medio de la nada?
¿Dónde se ha quedado el corazón de la gente? ¿Dónde se han quedado los "te quiero" de todo corazón? ¿Donde se ha quedado la bondad? ¿Dónde se ha quedado la sensatez y la empatía? ¿Dónde se ha quedado la supuesta alma humana? ¿Dónde se ha quedado ese precioso mundo sin explotar de hace centenares de años? ¿Dónde se ha quedado la vida? ¿Dónde se ha quedado la esperanza en un mundo cuyos fines es el propio individuo? ¿Dónde se ha quedado la verdadera amistad? ¿Dónde se ha quedado nuestra sociedad?

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