lunes, 18 de marzo de 2013

Como la vida misma.


Frases vacías sin un sentido propia, gritos en un mundo plagado de oscuridad, corazones más frágiles que un cristal, pensamientos que son como diamantes, miradas llenas de melancolía y después de todo, un sentimiento lleno de ganas de salir de una isla rodeada de un mar azul.

Toda la vida había creído que los dieciséis serían fantásticos, perfectos y llenos de felicidad, pero la cruda realidad me ha hecho ver que no es así, me han hecho ver que esa idealización es mentira como la vida misma.

¿Y qué pensar? ¿Y qué sentir? ¿Y qué hacer exactamente con una vida dominada por el miedo y coaccionada por el futuro?

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