Ver como todo se oscurece, ver
como las luces se apagan, ver el cielo al filo de la tempestad.
Abres los ojos.
No ves nada, te hallas entre
la oscuridad, perdida y asustada.
Tienes miedo en vena, lágrimas
en los ojos que no son nada más que lágrimas saladas llenas de amargura,
sufrimiento y dolor..
Quieres encontrarte, quieres
salir de aquel siniestro y misterioso lugar.
Quieres salir, pero no
puedes.
Estás atrapada, en una telaraña.
Chillas, pero nadie es capaz
de salir en tu ayuda.
Tu mente quiere rendirse, está
cansada de luchar contra lo imposible.
A lo lejos, alcanzas ver unos
enormes ojos rojos.
La araña se está acercando,
con la intención de engullirte.
Te empiezas a mover y te
agarras a una mano, una mano fuerte que mantiene a la persona en la oscuridad.
Te agarras con fuerza a ella,
te agarras a la vida, al momento y consigues salir de aquel abismo.
¿Quién? ¿Quién ha sido?
Lo sabes y a la vez, no.
No es solo una persona, son
unas siete personas que en aquel momento se han fusionado en una.
Has salido de la telaraña, te
has salvado de la enorme araña, pero todo eso es solo momentáneo, ya que, te
caes otra vez, en una inmensa madriguera de conejo.
Y, en aquel momento solo
quieres que esté allí una persona, solo quieres que te abrace y te susurre
"Te quiero", pero no es solo más que una mentira llena de espinas.
Una sombra oscura se acerca,
con una afilada daga, para arrebatar la vida a quien se merece vivir.
Sufres, lloras y sientes el
dolor de pasado, de las personas y de los recuerdos que forman parte de él.
Te hallas otra vez en un mar
de pensamientos del que quieres huir.
Te dices a ti misma que hay
que salir de toda aquella oscuridad.
Te dices a ti misma que hay
que alzar la cabeza, llegar a la orilla y luchar con la araña que allí te
espera, dispuesta a clavarte su aguijón.
Es hora de enfrentarse, es
hora de luchar contra el dolor.
Es hora de volver a la
realidad.
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