jueves, 4 de abril de 2013

Querida Libertad, te necesito.

Ruido de las olas, un mar infinito de color azul, aguas encantadas en un mundo agridulce, tal vez amargado por la codicia de las personas.
Un océano lleno de posibilidades, un océano que te permite algo que todos necesitamos. Libertad. Una libertad escasa en estos tiempos. Una libertad que necesitamos más que cualquier cosa, algo que te sale de dentro, del corazón, del alma, de tu propio interior.

Un masoquismo intravenoso que no te deja vivir en paz, esa ansiedad que te produce estar enjaulada, esas ganas de volar al más allá, hacia el propio universo, hacia otro mundo. Esas ganas de vivir y de dejar de sufrir, esas ganas de disfrutar, de ser feliz.

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