miércoles, 3 de octubre de 2012

Es un sin vivir.

Esas ganas de decirle al mundo que te deje en paz.
Esas ganas de olvidarte de todo.
Esas ganas de estar en medio del mar, de ser libre y volar.

El dolor que transmite el ambiente, que transmite el aire, el agua, la vida en si.

Ojalá existiera un mundo sin dolor, sin sufrimiento. Un mundo en el que solo existiera la felicidad, la alegría, la bondad...
Aunque pedir eso es algo imposible, algo que no sería tan bonito. Las personas se dejan corromper por el mal que todos llevamos dentro.
Todas las personas tenemos un punto de maldad, aunque sea minúsculo, nadie es tan bueno, ni nadie es tan malo.
La vida nos corrompe, los sentimientos nos debilitan y el amor nos ciega.

¿Qué esperar cuando somos simples seres humanos? 

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